Es importante establecer límites emocionales para superar con éxito nuestra jornada laboral desde casa

Si antes del confinamiento derivado de la crisis de coronavirus la idea de trabajar en casa sonaba idílica para algunos, el teletrabajo «obligado» no es tan placentero como parecía.

La falta de espacio, la dificultad para delimitar los horarios o las constantes distracciones van poco a poco sumando razones para hacer cada vez más complicada la jornada laboral.

La abrupta llegada del teletrabajo hace que tengamos que adaptarnos a la velocidad de la luz a él. Casi como método de supervivencia, tenemos que aprender a adaptar una rutina de trabajo que tenemos muy asimilada a las cuatro paredes de nuestra casa.

«Los hogares están diseñados para la convivencia familiar, y ahora nos vemos obligados a convertirlo en un espacio de trabajo», explica la socióloga Alicia Aradilla, autora del libro «Teletrabajar, pero bien» (Diana).

«El COVID-19 nos dejó sin tiempo de transición, sin periodo de aprendizaje y sin manual debajo del brazo», explica en el libro.

 

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