Los lunes, gozan de mala fama, son días que nos cuesta arrancar el día y la semana, tenemos muchos y variados refranes, dichos, citas para los lunes.

Aunque la mayoría son más para sobrevivir al lunes que para disfrutarlo. ¿Disfrutar un lunes? Hablar de disfrutar un lunes, en algunos entornos roza el sacrilegio.

Vamos a dar un pequeño paso atrás temporal, antes de los lunes, están los domingos, y sus tardes, parece ser la hora maldita por excelencia.

¡Los domingos tarde! A veces son la antesala emocional de todas las incomodidades del lunes.

Domingos tarde. De vuelta a casa desde la segunda residencia, soportando colas de tráfico, es más, sabiendo de antemano, que las haremos, tardes que consumen una parte considerable de tiempo en tareas como preparar la logística de la semana, como cocinar raciones para llevar al trabajo, mochilas de cole cuando no es verano y de actividades extra escolares de los hijos, revisar la agenda laboral para prepararse mentalmente a comenzar la semana unas pocas horas después o, ahora en verano si aún no se disfruta de las vacaciones, volver a tu puesto de trabajo para empezar de una nueva semana laboral.

Incluso, en algunos casos, trabajar algunas horas para bajar la presión de la semana laboral.

Así las tardes de domingo, oficialmente un tiempo de ocio, es consumido por tareas y más tareas.
Hay algunas corrientes teóricas que postulan que los días de la semana y las emociones que se le asignan no son más que un esquema mental que nos hemos creado. En una parte esta afirmación puede ser tenida en cuenta, pero la realidad de trabajar de lunes a viernes y descansar en fin de semana, es evidente que crea, no sólo esa manera de percibirlo emocionalmente, sino que diseña la agenda cotidiana.

Volvamos a los domingos tarde, hemos hecho un pequeño recorrido por todo lo que sucede a nuestro alrededor, aunque también tiene especial relevancia, como lo percibimos internamente. Realizar todas estas tareas nos lleva a un marco temporal futuro y genera un estado emocional, ahí está la clave.

¿Qué estado emocional nos genera ese transporte emocional?

En muchas ocasiones es un estado de incomodidad incluso aflictivo, si es así nuestro foco se reorienta de manera casi automática a identificar aquello que no nos gusta, lo que percibimos como problemas, más que retos y entramos en modo dilema, difíciles de resolver por nuestra mente. Es una de las principales razones de la “mala fama” de los domingos tarde.

Propuestas para percibir y vivir de manera agradable las tardes de domingo

  • Poner conciencia en nuestro estado emocional para gestionarlo.
  • Redirigir el foco a todos los acontecimientos de la semana, que probablemente también los hay, en lo que sucederá que nos hace ilusión, nos gusta.
  • Mantenernos en el momento presente, aquí y ahora, cuando se realizan estas tareas logísticas preparando el futuro lunes.
  • Al finalizar las tareas logísticas, realizar alguna pequeña acción que nos agrade y nos devuelva al tiempo de ocio del domingo, como 15 minutos de alguna lectura preferida, una conversación relajada con la pareja, un baño de sales, escuchar música preferida.
  • Crear un pequeño ritual familiar de cierre del fin de semana que contribuya a sentir emociones agradables, por ejemplo, jugar a identificar los mejores momentos compartidos en el fin de semana, para simbólicamente, ponerlos en las mochilas de cole o en la agenda laboral.
  • Los domingos tarde además de ser un tiempo de descanso, también puede ser un momento muy especial de reflexión de la semana vivida y antesala de la semana por vivir, es nuestra percepción interna lo que los convierte en momentos agradables, así que ahora que sabes cómo hacerlo , que abierta la invitación a convertirlos en lo que tu deseas.

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